por Daniele Rocchi
4 días enteros de recorrido. Quien iba a pensar que la ruta más corta de nuestro repertorio (poco menos de 100 metros) nos tomaría la misma cantidad de tiempo que nuestra ruta más larga (los 7Km de La Bestia)?
Nuestro interés por el lugar despertó en el 2017, cuando en redes sociales comenzaron a circular fotos de una catarata pequeña que salía de una grieta maciza e impresionante. No nos quedaba claro si se trataba de un cañón o una caverna, pero se veía espectacular, y sabiamos que queriamos recorrer ese río.
Después de preguntar un poco por ahí, nos dimos cuenta que se trataba del Rio Azul, en las faldas del Volcán Rincón de la Vieja, y que la catarata en cuestión era administrada por el Hotel Blue River Resort. Nos pusimos en contacto con Mauricio, el administrador del hotel y una persona con gran amor por la naturaleza, y le explicamos nuestro proyecto. Cordialmente nos facilitó acceso al lugar, el cual se alcanza gracias a una sencilla caminata de unos 40 minutos desde la carretera principal.
Eso fue en Diciembre del 2017. Llegamos a la catarata desde abajo y nos dimos cuenta que el caudal era increíblemente fuerte, potencialmente letal. Subimos por un costado y amarramos la cuerda a un árbol: rappeleamos dentro del cañón solo para echar un vistazo; río arriba podíamos vislumbrar otras pequeñas cataratas dentro de una grieta sublime, de colores impresionantes.
Estábamos muy emocionados, el lugar era espectacular, pero el caudal nos intimidó, y antes de intentar un recorrido completo por una ruta SIN ESCAPES donde el agua lleva una fuerza absolutamente destructora, decidimos planear mejor y tratar de regresar cuando el caudal fuera más razonable.
Estudiamos los mapas topográficos y revisamos las imágenes satelitales y nos dimos cuenta que el cañón tenía tan solo unos cien metros de longitud. Se veia dificil si, pero era cortísimo, muy por debajo de nuestras rutas usuales, como no íbamos a poder lograrlo?
Pues regresamos una segunda vez: ingresando río arriba con balsas inflables y neumáticos, y nos dejamos llevar hasta que la corriente nos tenía delante del primer rappel a la grieta. De nuevo, el caudal era algo impresionante y rugía con el estruendo de un tren. Tocar el agua encordado sería muerte segura, y se hizo claro que el primer rappelcito (una cataratita de unos 5 metros de alto) requeriría de un pasamanos multipuntos colgante recuperable, algo que habíamos construido solo en un par de ocasiones y nunca en un cañón tan encerrado con un caudal de esa magnitud. Nuevamente, La Catedral nos intimido’, y nos fuimos con el rabo entre las patas.
Adelantemos el tiempo dos años... Desde ese entonces hemos recorrido la ruta de canyoning más larga del país (hasta el momento), la cual nos tomó cuatro días dentro del cañón para recorrer unos 7 Km. Descendimos muchas muchas rutas multipitch, incluyendo dos de las cataratas más grandes del país (Manantial de Aguas Vivas, en Bijagual de Tárcoles, y la gran Catarata Diamante, en Tumbas de Pérez Zeledón) y aperturamos la impresionante Gata Fiera. Nos sentíamos listos.
Fue así como este Abril pasado regresamos por tercera vez a La Catedral. Por seguridad, lanzamos una línea de escape (en otras palabras, una cuerda que nos permitiría escapar del cañón a mitad ruta si no lograbamos completar el recorrido), la cual Scott tambien utilizó para hacer fotos y videos desde un ángulo muy interesante. Mientras, los demás integrantes del equipo nos pusimos a trabajar en esos pasamanos.
Estar colgado constantemente, trabajando el taladro en una pared lisa con una ausencia casi total de agarres es sumamente difícil, y el trabajo fue cansadisimo. El primer dia avanzamos si acaso 15 metros, el segundo 20, y así sucesivamente. Teníamos un dicho: “el piso es lava”, porque’ en la mayor parte del recorrido hubiera sido un suicidio tocar el agua.
Como a mitad camino encontramos un hidráulico monstruoso, burbujeante como una sopa, pura agua blanca sin dirección clara. Al estar el agua blanca llena de aire, es absolutamente imposible nadar en algo así’. Decidimos instalar un pasamanos multipuntos que pasara sobre ese hidráulico (el cual terminamos apodando “El caldo primordial”) y sobre la catarata que le seguía. Solo ese fue más de 20 metros de pasamanos colgante, para finalmente aterrizar en una gran poza sobre la última catarata de la catedral.
Fueron 4 días de trabajo duro y peligroso para completar el recorrido más corto de nuestra historia, pero pudimos armar ruta de canyoning en una de las gargantas más hermosas de este país. Muy pronto estaremos publicando información detallada sobre la ruta.
Hasta la próxima!